INTRODUCCIÓN
Hola, si estas en esta parte de la Web de la Universidad de la Familia es porque desafortunadamente estas pasando por un mal momento en tu Matrimonio, pero déjame decirte que aun estas a tiempo de solucionar ese problema, pero eso solo sucederá si es que verdaderamente así lo quieren ambos, están a tiempo pero deberán de trabajar mucho para ello, el primer paso es que sean sinceros con su pareja y ambos acepten que están pasando una crisis en su unión y que deben trabajar juntos para superarla solo así podrán hacerlo ambos juntos, si solo uno trabaja para recuperar su matrimonio lo que sucederá es que se cansara de intentar en algún momento y abandonara este correcto esfuerzo, si ambos consiguen comprender esta situación, la segunda parte es que también comprendan que en todo en la vida necesita un mantenimiento, tu auto, tu casa, tu cocina o tu televisor hasta tu cuerpo necesita una revisión médica de mantenimiento, hoy por hoy la vida tan agitada de nuestra sociedad ha hecho que olvidemos que también nuestro matrimonio necesita un mantenimiento, nuestros sentimientos y nuestras decisiones iníciales en este episodio de nuestra vida necesitan también que se les brinde un mantenimiento, no se priven de esta oportunidad, ni priven a sus hijos del derecho de tener una familia, busquen ese mantenimiento que lo pueden encontrar inmejorablemente en un Retiro o encuentro Matrimonial, en estos eventos renovaran tus sentimientos afirmaran tu decisión, inténtalo, créeme que la decisión de una ruptura es sumamente dolorosa y sus consecuencias son realmente funestas para nuestras vidas, a lo largo de estos capítulos veras las consecuencias de una separación o de una ruptura y lo fatal de una decisión de Divorcio, el daño que uno mismo se hace y hace a su entorno familiar y de amistades y principalmente a un inocente que no entiende por qué se ganó una familia destruida, sus hijos.
Queremos que en estos capítulos puedas ver la verdadera dimensión de una decisión de separación, si después de verdaderamente tener conciencia de lo que podría sobrevenir en esa decisión y persisten en su decisión de la ruptura matrimonial, también te mostraremos alternativas menos traumáticas y dolorosas para Uds. y para tu s hijos, la Conciliación, una opción madura de comenzar un final, aunque para nosotros no es la opción pues si tomaste una decisión verdaderamente basada en el amor y con la decisión de amar, creemos que siempre habrá solución, pues mientras exista amor todo es posible, el problema es que cuando uno o los dos miembros de la pareja aceptan que nunca amaron.
Créeme que muchos optan por la decisión del Divorcio para solucionar sus conflictos matrimoniales, pero no se dan cuenta de su grave error, pues en esa decisión justo es donde más bien comienzan sus peores problemas en la vida, para muestra los dejamos con un pequeño articulo antes de comenzar.
Consecuencias del Divorcio
Quieren rehacer su vida y no se dan cuenta de que deshacen la de sus hijos. Don Aquilino Polaino, doctor psiquiatra y catedrático de Psicología en la Universidad Complutense de Madrid, pronunciaba estas palabras, en su ponencia sobre el divorcio y sus consecuencias, ante una atenta audiencia. El divorcio se cuela entre las rendijas de la vida, es raro quien no conozca casos terribles de familias destrozadas. Muchas veces es inevitable, pero el doctor don Aquilino Polaino ofreció, ante la absorta mirada del público, una teoría para la prevención del divorcio. Está comprobado que los niños sufren más con el divorcio de sus padres que con la muerte de uno de ellos —decía el doctor—. Normalmente, el divorcio de los padres provoca en los hijos crisis de ansiedad, que en un adulto supondría por lo menos pedir una baja laboral, pérdida de la seguridad en sí mismos, lo que afecta a su proceso de maduración, o trastornos de personalidad, que son difíciles de curar con psicofármacos, y en ocasiones incluso no tienen cura. Por eso digo que el divorcio engendra más divorcio. Todo esto trae consecuencias para los niños, como un bajísimo rendimiento escolar, un trastorno comparable en un adulto a la pérdida de su trabajo, para que se puedan hacer una idea. (…) Hay tres causas fundamentales por las cuales las parejas se divorcian: la infidelidad conyugal, contraer matrimonio antes de los 18 años para escapar de la tutela de los padres, y, por último, proceder de padres divorciados. (…) Prevenir el divorcio es algo que comienza con el casamiento. Es muy importante el primer año de vida conyugal. En este sentido, es importante que marido y mujer se profesen admiración mutua. El hombre debe apoyar a su mujer. Tener detalles con ella, mostrarse cariñoso, permanecer a su lado ante las situaciones más difíciles. Por su parte, el hombre tiene, acompañando a su fortaleza física, una gran debilidad psicológica que puede verse suplantada por la admiración que le profese su mujer.
Pon lo mejor de ti para superar esta crisis, piensa que es solo eso una crisis, busca en las palabras de Dios el mejor consejo, no en amigos ni en parientes, el mejor consejo y la mejor decisión está dentro de ti mismo, recuerda que siempre después de la Tormenta siempre llega el sol y la calma y si supiste y tuviste el coraje y la entereza de superar ese temporal estate seguro que tu matrimonio será más sólido que antes.
Lee junto a tu Pareja las lectura que continúan y están divididas por capítulos, háganlo juntos, no intercambien ideas solo lean y reflexionen y dejen que Dios toque sus corazones y que el restaure sus Matrimonios, adelante y por favor pongan lo mejor de Uds. Por vuestros hijos y con amor.
INTRODUCCION - CAPITULO I
Hola, si has llegado hasta acá es porque seguramente tu matrimonio no anda muy bien, pues déjame darte un consejo, si es necesario de este texto, imprímelo, son unas cuantas páginas nada más y léelo con detenimiento y te darás cuenta que pasas por lo mismo que otros; Esto no es religión no te confundas, es puro conocimiento y te ayudara muchísimo, Dios va más allá que cualquier religión, busca su doctrina trata de comprender su filosofía y veras que Dios te dejo un manual perfecto para la vida, un manual perfecto para que seas feliz en tu matrimonio, lo que pasa es que no queremos comprenderlo, prueba y léelo solo te tomara un tiempo y si dejas que Dios entre en tu corazón hoy mismo vivirás el Milagro del amor.
Antes de comenzar y para demostrarte y comprendas la sabiduría y conocimiento que hay en las palabras de Dios, déjame explicarte un hecho que está en la biblia, solo dame ese chance y si lo comprendes, entonces realmente disfrutaras y aprovecharas la lectura que deben de seguir.
Sabes cuál y en donde fue el 1er milagro de Jesús?........ en las Bodas de Canaán y multiplico el vino, léelo y después dame el chance de compartir contigo mi opinión.
Juan Capítulo 02
2:1 Al tercer día se hicieron unas bodas en Caná de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús.
2:2 Y fueron también invitados a las bodas Jesús y sus discípulos.
2:3 Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino.
2:4 Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora.
2:5 Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere.
2:6 Y estaban allí seis tinajas de piedra para agua, conforme al rito de la purificación de los judíos, en cada una de las cuales cabían dos o tres cántaros.
2:7 Jesús les dijo: Llenad estas tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba.
2:8 Entonces les dijo: Sacad ahora, y llevadlo al maestresala. Y se lo llevaron.
2:9 Cuando el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él de dónde era, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo,
2:10 y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el inferior; más tú has reservado el buen vino hasta ahora.
2:11 Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él.
Bien ahora ya lo sabes el primer milagro de Jesús fue en UN MATRIMONIO como el tuyo, ahora tu reunión en tu Matrimonio y se acabó el vino para tus invitados, que problema o no?? Que hacer ahora, a quién recurrir? Ellos recurrieron a un amigo que habían invitado a su Matrimonio un invitado que se llamaba JESÚS y sabes lo puedes leer allá arriba, LOS SACO DEL PROBLEMA, tu invitaste a Jesús al tuyo??? Si es así o no aun estas a tiempo de pedirle ayuda, Él puede traer el vino a tu Matrimonio, sabes que simboliza el vino??? Que pasa cuando te tomas unas copas de vino? No te pones alegre? Pues eso el vino simboliza la alegría en tu matrimonio, una pregunta: se te acabo el vino en tu Matrimonio como le sucedió en la historia de las Bodas de Canaán?? Si es así ya sabes a quien puedes recurrir Él puede llenar las tinajas de vino para tu Matrimonio también… comprendes no es solo religión, es sencillamente castellano, ….créelo!!.
Quieres sorprenderte aún más mi amigo, mira lo que sucedió en las bodas de Canaán al acabarse el vino Jesús les puso más vino pero, pero, pero, siendo Jesús el hijo de Dios definitivamente el vino que Él hizo seguramente era excelente, pero, pero, pero lee bien, el no mando a servir el vino noooo, previamente les dijo a los que habían traído las tinajas llenas de agua, llévalo a tu Maestresala, es decir el que era el Hijo de Dios primero se sometió a la autoridad del Maestresala para que cate el vino, para que pruebe si su vino era bueno, que humildad, pero el mensaje para tu matrimonio viene después, mira lo que dijo el Maestresala:
2:10 y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el inferior; más tú has reservado el buen vino hasta ahora.
Comprendes??? Este es el mensaje que hoy te deja Dios para que comiences estos capítulos y te des una oportunidad más, lo has comprendido? Aun no?, pues déjame explicarte porque es una bendición que Dios quiere para tu Matrimonio también:
…….Todo hombre sirve primero el buen vino; todo hombre primero le va muy bien en su matrimonio
…….Y cuando ya han bebido mucho entonces el inferior; cuando ya tienes muchos años de vida ya viene no lo mejor si no la rutina la costumbre.
……..Mas tú has reservado el buen vino hasta ahora; Dios te quiere decir ahora que ahora en esta segunda oportunidad que te vas a dar el Vino está mejor en esta segunda oportunidad TU MATRIMONIO SERA MEJOR QUE LA PRIMERA VEZ lo entiendes??????
Creemos en esa segunda oportunidad para ello queremos que seas consiente de una posible decisión equivoca, antes de tomarla lucha por tu pareja, por tu familia, por tus hijos,… Dios les bendiga mis amigos y BIENVENIDOS AL CAPITULO I DE LA UNIVERSIDAD DE LA FAMILIA.
PRIMEROS AUXILIOS PARA UN MATRIMONIO HERIDO
PREFACIO
Mi esposo y yo tenemos un matrimonio que ha sido restaurado por el poder de Jesús. Hace solo algunos años estábamos a puntos de divorciarnos y él estaba planeando otra vida.
Los consejeros amigos y parientes no nos daban ninguna esperanza, nuestro sacerdote estaba convencido de que realmente nuestro matrimonio había terminado y otros hermanos me aconsejaban que recogiera a los pedazos que me quedaban y me dedicara a hacer mi propia vida.
Toda esta confusión dio principio a un lapso de aprendizaje para mi vida, durante el cual pude darme cuenta de la fidelidad y el poder de Dios. Cuando la palabra de Dios declara algo, Dios está preparado para respaldarla con poder y gloria. La Palabra no hubiera dicho que “ningún hombre se separe” si el poder de Dios no fuera capaz de restaurarlo y sanarlo. El Espíritu Santo me guió paso a paso en mi decisión para nuestro matrimonio. Y Jesús probó una vez más que nada es imposible para El. Nuestro matrimonio fue restaurado y sanado por el poder de Dios y la autoridad de su Palabra.
La finalidad de este texto no es la de proporcionar un conocimiento profundo para restaurar su matrimonio, sino que está orientada a ofrecerle, como lo dice el título, primeros auxilios para el trauma inicial. Será necesario que procure el apoyo de su Sacerdote o Guía Espiritual y de otros que oren junto con usted estando de acuerdo. Existen también grupos de apoyo llamados especialmente por Dios para ayudarle en situaciones como esta. Si lo desea, puede escribir al domicilio que aparece de la Universidad de la Familia, para solicitar mayor información sobre estos grupos, o puede llamar al teléfono que también proporciona.
Este Folleto se ha escrito para usted. No se dé por vencido. No se canse de hacer el bien. Sepa que Dios no hace acepción de personas, Lo que hizo por nosotros, está deseoso de hacerlo por usted también.
PROLOGO
Hace unos cuantos años, nadie que conociera las circunstancias de nuestro matrimonio, especialmente sabiendo la clase de hombre que yo era, hubiera soñado alguna vez que alguien así escribiera sobre sanidad matrimonial. Estaba totalmente convencido con el deseo de abandonar un matrimonio desastroso. Esta tan obstinado con las ideas de que se me había amarrado con 5 hijos, y uno más en camino. Estaba totalmente guiado por el amor al dinero, y totalmente atrapado por los malos “amigos” y el alcohol.
Hace unos cuantos años, nadie que conociera las circunstancias de nuestro matrimonio, especialmente sabiendo la clase de hombre que yo era, hubiera soñado alguna vez que alguien así escribiera sobre sanidad matrimonial. Estaba totalmente convencido con el deseo de abandonar un matrimonio desastroso. Esta tan obstinado con las ideas de que se me había amarrado con 5 hijos, y uno más en camino. Estaba totalmente guiado por el amor al dinero, y totalmente atrapado por los malos “amigos” y el alcohol.
Era egocéntrico, egoísta y deseaba solamente lo mío. Había hecho un ídolo de mí mismo y mis deseos.
(Nota: busque en 2 de Timoteo 3:2-5, la clase de hombre que allí se describe, “Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de los bueno, traidores, impetuosos, infectados, amadores de los deleites más que de Dios que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de que a estos evita”. Esa es la descripción del hombre que yo era).
Pero….Gloria sea al Señor que tenemos un Dios que es un Dios de Fe. Gloria al Señor que aquellos que le sirven, participan de su fe, pueden ver a través de los ojos de la fe y no solo mediante los ojos naturales. Su visión de mí (y de toda la humanidad) era tan diferente de lo que yo era. Era su deseo que yo fuera un hombre de Dios, la clase de hombre descrita en su Palabra, I Timoteo 3:2-4 habla de un hombre que es “irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso, de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro; que gobierne su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda la honestidad”.
Además quiso que ella, quien ya le conoció en una relación de convenio, y yo, tuviéramos el tipo de relación que Adán y Eva tenían antes de la caída, el tipo de relación descrito en Jeremías 32:38-41. Nuestro matrimonio debía ser de un solo corazón y un camino para poder ser bendecidos por El y ser plantados y fructíferos en este mundo.
Parece que hubiera sido más fácil para ella reconocer la realidad de las circunstancias. Parece que hubiera sido mejor para ella si se hubiera protegido a sí misma y obrado en pro de sí misma. Sin embargo, esto no fue el camino del Señor. La esencia de lo que le dijo fue que si ella se entregará completamente a Él y a su Palabra, que no habría nada que estorbaría a que ella recibiera todas las bendiciones del convenio que había prometido en su Palabra.
Ella sí se entregó completamente a Él y a su Palabra y no aceptó la manera del mundo para hacer las cosas. A través de tres largos años, casi sin ser animada por la comunidad cristiana y con absolutamente nada de mi parte, ella estaba determinada y batallaba; aunque a veces fracasó, mostró que tenía un corazón que buscaba a Dios. Este librito le dará una idea de cómo es la batalla que te espera. Pero mayor es EL (El Señor) que está en ti, que el que está en el mundo.
La victoria es tuya. Al vencedor le tocan los despojos. Y en el caso de ella, ahora tiene un esposo (yo) que está sirviendo a Dios, creciendo en un matrimonio que honra y sirve a Dios.
Lo que voy a decir a continuación va a sonar extraño viniendo de mí, pero, por favor compréndalo, mi esposa tuvo una tremenda y dura batalla, PERO valía la pena. Yo valía la pena, nuestro matrimonio valía la pena. No deje que el diablo destruya, le robe o acabe con su matrimonio. Usted y su cónyuge tienen un propósito divino para su matrimonio, ser una herramienta poderosa para el Señor.
No mire al presente desastroso, más bien, vea el corazón de Dios y a su visión de lo que será “…mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos” Efesios 3:20.
CHOQUE
Cuando mi esposo me informó por primera vez que había conocido a alguien más, que tenía dudas y que deseaba separarse, me causó un profundo choque emocional. No podía pensar ni sentir. Andaba como dormida.
Sabía que las cosas no andaban bien entre los dos, pero siempre había considerado que de alguna manera encontraríamos la solución. Después de todo nos amábamos. Éramos esposos, las cosas mejorarían el día de mañana.
Repentinamente, sin embargo, todo indicaba que las cosas no mejorarían. Me dijo que no me amaba por mis acciones y que nunca lo había hecho. Dijo que tampoco amaba a los niños y que nunca los había querido. Yo estaba esperando a nuestro sexto hijo así que me sentí atrapada y traicionada. Recuerdo que una noche me senté a la orilla de la cama, llorando con tanta fuerza, que pensé que mi cuerpo se iba a hacer pedazos. Todo se veía negro y sin esperanza.
Él no aceptaba ver a un consejero, no quería hablar de nada.
Todo lo que quería, según mi pensamiento era pasar más tiempo con ella, según lo percibía yo. Me sentí traicionada, abandonada e inútil. Mi autoestima se había derrumbado a lo más bajo que podía caer, y ni siquiera mis “amigos” me ayudaban. Me decían que simplemente me hiciera aun lado y que dejara que fueran felices juntos, insistí, insistí, y se fue.
Fui con una amiga y me dijo que no había nada que se pudiera hacer. Me dijo que era una situación muy triste, pero que necesitaba aceptar lo inevitable, mi esposo decidió finalmente ver un amigo como consejero espiritual, ya que alguien le dijo que le convendría más para el juicio, si se comprobaba que había ido a consultar uno.
Después de la primera visita con él, éste recomendó que nos divorciáramos de inmediato para ahorrar tiempo y dinero y que lo primero fuera promover una pensión alimenticia. Nos dijo que ya había pasado demasiado tiempo para poder ser ayudados. Luego fui a ver un amigo nuestro que servía al Señor poderosamente en antaño, y me dijo que Dios apoyaría el divorcio porque todo indicaba que era posible que él hubiera cometido adulterio aunque sea de deseo.
Me dijo también que no sabía que podía hacerse para evitar el rompimiento del matrimonio ya que él no estaba dispuesto a cooperar. Finalmente me acerqué a Jesús. Es gracioso ver como damos tantas vueltas, para al fin llegar a donde deberíamos haber comenzado.
Jesús me encontró en medio de mis lágrimas y el dolor. Me consoló, me amó y luego comenzó a apoyarme con firmeza en mi decisión. El me mostró en su Palabra lo que es su norma para el matrimonio. Hizo a un lado las emociones del momento y me enseño la verdad.
A eso se refiere este texto- LA VERDAD. Si lo que deseas es simpatía y lágrimas, las encontrará por todos lados. La gente llorará por y con usted con mucha facilidad. Si desea también justificación para no perdonar, también la encontrará fácilmente. Hay muchas personas que han sido lastimadas y que están listas a ponerse de su lado en lo concerniente a la amargura. Pero, si lo que busca es la verdad simple y clara, solamente la Palabra de Dios puede darle esto. Al principio será difícil de digerir, pero Jesús ha prometido “Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres (Juan 8:32)”.
Hay poder en la verdad. Hay sanidad en la verdad. Hay restauración en la verdad. Comprenda eso ahora mismo. JESUS QUIERE QUE SU MATRIMONIO SEA SANADO.
Si está leyendo esto, supongo que es porque si matrimonio está en problema. Quizás también este en estado de choque. Nunca pensó que fuera posible. Necesita ayuda.
En primer lugar, no hay otra salida- Usted necesita a Jesús, si cree que podrá ver su matrimonio sanado sin la ayuda de Él, está totalmente equivocado. Sin Jesús los matrimonios solamente pueden estar torpemente pegados. Siempre llevarán grietas que se romperán a la menor presión. Jesús es el único que puede sanar un matrimonio dejándolo tan unido que las roturas ni siquiera se noten. De hecho, con Jesús, aquel punto que solía ser el más débil, se vuelve el punto más fuerte. No quedan grietas que puedan afectarnos cuando viene aluna presión.
En este momento, Jesús le ama. Así como es usted. No necesita limpiarse para que Él le reciba. No necesita ser bueno ni ganar puntos para acercarse a Él. El muere en la cruz mientras usted peca. Le conoce mejor que nadie. No hay manera de engañarle a Él, no necesita fingir, El conoce su corazón. Ahora mismo, necesita venir a Jesús, rendir su vida a Él. Solamente Él puede limpiarle del pecado y poner su vida en orden. No puede hacerlo usted solo. Si pudiera no estaría metido en el problema que está ahora, Él es el único que puede arreglarlo.
Haga esta oración ahora y dele su corazón a Jesús:
“Jesús, estoy herida. He sido rechazado y me siento inútil. He tratado de cambiar por mi cuenta pero no he podido. Estoy cansado de inventar excusas, cansado de intentar. Reconozco ante ti que soy pecador. No puedo limpiarme a mí mismo, y tampoco puedo enderezar mi vida por mi propio esfuerzo. Rindo mi vida a ti, Jesús. Te recibo como mi Señor y Salvador. Acepto que tu sangre me limpia de todo pecado. Te entrego el control de mi vida ahora como nunca antes te había necesitado. Soy tu hijo, Padre y acudiré a Ti en los sacramentos, comenzando por el de la penitencia, perdóname Padre”
Si ha hecho esta oración poniendo su corazón, al hacerla y complementarla con la confesión, usted ha nacido de nuevo por el Espíritu de Dios. Esto significa que la vieja naturaleza, por la cual usted nació, acaba de morir. Ahora ha recibido una nueva naturaleza, la naturaleza de Dios. Esta naturaleza la va a necesitar para mantenerse firme por la sanidad de su matrimonio. NO podrá hacerlo solo. Va a requerir del poder de Jesús en el Sacramento de la Confesión.
Dios ha escrito una carta de amor especial para sus hijos. Dicha carta contiene instrucciones para cada aspecto de la vida de esta tierra, para cada situación. En su carta de amor, Dios ha expresado su voluntad respecto a usted y como puede llegar a lograrlo. Esa carta de amor es la Biblia.
En el pasado quizás haya intentado leer la Biblia, pero le parecía que estaba escrita en chino. Eso es porque estaba usted leyendo la correspondencia de otros. Ahora que es un hijo de Dios y vuelto a la gracia, esa carta está dirigida a usted.
Ahora podrá comprender lo que Jesús dice porque su Espíritu vive dentro de usted, y Él le enseñará todas las cosas. Si acaba de recibir Jesús por primera vez. Consciente en su corazón, habrá mucho que aprender. No se sienta abrumado. Dios sabe que usted es nuevo. El guiará Suavemente, solo concrete el paso de la confesión.
Aun si ya hace tiempo que conoce al Señor, todavía hay muchas cosas que necesita saber. Está frente a una guerra sin cuartel por su hogar y su familia. Eso significa trabajo. No es una situación de pasividad, sino de mucha actividad. Esta por aprender lo que significa ser soldado en el ejército del Señor.
Esto es un combate mano a mano, pero gloria a Dios, Él ha equipado a sus hijos para la lucha.
Necesita estar consciente de que su enemigo, Satanás y sus fuerzas demoníacas desean destruir su hogar. El enemigo utiliza la circunstancias y a las debilidades de la gente. Es importante que sepa lo siguiente:
LA GENTE NO ES SU ENEMIGO LAS CIRCUNSTANCIAS NO SON EL PROBLEMA, NO DÉ ULTIMATUMS.
Satanás es el amo de las circunstancias. No utilice sus armas para obtener la victoria. Si hace demanda basándose en las circunstancias, el enemigo va a manipularlas para asegurar de que usted reciba esa oportunidad para llevar a cabo su propósito. Por ejemplo, si usted dice, “si no dejas de hacer eso, te voy a dejar”. Allí el enemigo manipulará las circunstancias para asegurarse que usted reciba la oportunidad de cumplir su amenaza. Los ultimátums solamente preparan las circunstancias para forzarle a aceptar resultados impíos. En la actualidad hay mucha gente separada que no quería separarse, pero que de repente se vieron atrapados por las palabras de su boca.
Satanás pelea sucio. Él sabe dónde le duele más a usted y utilizará esas cosas para lastimarle. Aquel o aquella a quien usted quiere más, su cónyuge, está haciendo y diciendo cosas terribles en este momento. SU ESPOSO O ESPOSA NO ES SU ENEMIGO. Recuerde siempre eso. Su cónyuge está siendo utilizado por el enemigo para destruir su hogar. No importa que su cónyuge sea cristiano y tenga veinte diferentes versículos de la Biblia para explicar lo que él o ella está haciendo. NO ES VOLUNTAD DE DIOS EL QUE SU MATRIMONIO SE DESTRUYA.
No importa lo que la gente dice. ¿Qué es los que Dios dice? ¿Qué dice la Biblia?
No importa lo que gente haga. ¿Qué es lo que Dios está haciendo?
¿Qué es lo que la Biblia dice que usted debe hacer?
Su hogar está bajo ataque del enemigo. Si ha de sobrevivir a la lucha, debe saber lo que está sucediendo a su derredor y como combatirlo. El siguiente capítulo le será de mucha ayuda.
“Jesús sé que nuestro hogar está bajo ataque del enemigo. Necesito tu ayuda. No sé cómo luchar. No sé qué hacer. Entrego esta batalla a ti. Enséñame y ayúdame. Yo confío en ti para hacerlo. Amen”
DIAGNOSTICO
Por qué está sucediendo todo esto? ¿Por qué a Ud.? ¿Por qué a su matrimonio? ¿Qué fue lo que hizo o no hizo para causar esto? Para comprender la crisis en su hogar, es necesario que comprenda algunos principios básicos de la Palabra de Dios, la Biblia. Cuando Dios creó por primera vez al hombre y a la mujer, los unió en matrimonio, una relación de pacto.
Un pacto es un acuerdo o convenio entre dos partes, que hace que estas quedan unidas en una relación profunda y duradera. Lo que realmente significa es que ya no son dos vidas separadas, sino que ahora comparten una misma vida. En la Biblia vemos que Dios hizo pacto con diferentes personas siendo uno de los más notorios el pacto que hizo con Abraham, estableciendo así la nación judía (Gen, 12:1-3). A partir de la muerte y resurrección de Jesús, aquellos que le reciben como su Señor y Salvador en el Bautismo, vienen a ser participantes del Nuevo Pacto con Dios (Hebreos 8:6-13).
El amor de pacto es fuerte. Dice “Entrego mi vida por ti (1 de Corintios 12:1-8). A través de toda la Biblia vemos que Dios permaneció fiel a su pacto, aun cuando el hombre, el otro pactante, no guardó su parte del mismo. El amor de pacto es fiel, no importa lo que la otra parte está haciendo. La razón de todo es que cualquier pacto contiene promesas, términos y condiciones. Cuando las personas entran en un pacto, se prometen ciertas cosas el uno al otro, y declaran las condiciones bajo las cuales guardaban sus promesas. Si uno de los pactantes no es fiel a sus promesas, esto no hace que el otro incumpla en las suyas. A través de todo el Antiguo Testamento vemos como Dios, el socio fiel en el pacto, trata de alcanzar a Israel, el pactante infiel. La infidelidad de Israel no cambio lo que Dios sentía en su corazón hacia él. Dios sigue firme en su propósito hacia Israel, le sigue amando, y sigue con sus brazos extendidos hacia el hasta este día.
La Biblia conoce el matrimonio como una relación de pacto (“...Siendo ella la compañera y la mujer de tu pacto” Malaquías 2:14). Al casarse, Ud. tomó parte en un pacto. Como parte de la ceremonia, usted y su cónyuge hicieron promesas el uno al otro. Las palabras diferirán de una ceremonia a otra, pero usualmente incluyen algo así como “amor, honor, obediencia, cuidado” etc.… y su ceremonia incluyó ciertos términos. Por ejemplo, “para bien o para mal; en las abundancia o en la escases, en salud y en la enfermedad”. Y posiblemente las promesas y condiciones concluyeron con las siguientes palabras, “hasta que la muerte nos separe”. A todo esto se le conoce como votos matrimoniales. La Biblia ciertamente nos comparte algo relacionado con los votos. “cuando a Dios haces promesa, no tardes en cumplirla porque Él no se complace en los insensatos.
“Cumple lo que prometes. Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas” Eclesiastés 5:4-5.
La mayoría de nosotros no sabíamos nada acerca de todo esto al casarnos. Si todo fue normal, nos sentimos nerviosos y ni siquiera nos dimos cuenta de lo que estábamos haciendo. Pero Dios sí estaba escuchando. Recuerdo que poco después de nuestro matrimonio fue sanado, una amiga pasó a felicitarme por el buen trabajo que había hecho al mantenerme firme esperando la sanidad de mi matrimonio. A medida que la escuchaba, comencé a pensar lo buena que yo era y todo lo que había sufrido. Aun pensé que Dios estaría orgulloso de contar conmigo en su equipo. Después de todo, pensé ¿Cuántos otros habrían permanecido fieles a Su Palabra? De regreso de casa de mi amiga, el Señor habló a mi corazón de una manera suave y me dijo: “¿Qué de más hiciste al mantenerte firme por tu matrimonio que no hayas prometido el día de tu boda?”.
De repente, me di cuenta que Dios había estado escuchando lo que dijimos el día de nuestra boda, mucho antes que nosotros le conociéramos, y que había anotado todo lo que dijimos. Cuando se presentó la parte “para mal”, El permaneció fiel a su compromiso en nuestro matrimonio y esperaba que nosotros también lo hiciéramos. Parece tan poco común en estos días de matrimonio y divorcios instantáneos que nadie se preocupa por luchar por guardar el matrimonio, pero conforme a la norma de Dios, es todo lo contrario.
En el último capítulo menciono que no podíamos encontrar aliento para sanidad de parte de nuestro cura o los consejeros. Aún nuestros amigos quienes han nacido de nuevo, llenos del Espíritu y sirviendo al Señor de manera poderosa habían declarado la muerte de nuestro matrimonio por causa de él. No obstante, Dios tenía normas diferentes. Al regresar a casa después de haber recibido el último consejo, me prepare para el divorcio, el cual parecía inevitable.
El amor humano que sentía por mi esposo había muerto, debido a las constantes agresiones que había recibido. Pensé que si Dios sabía que este matrimonio estaba muerto y que El me daría otro esposo, más valía seguir la corriente y salir de todo esto.
Cuando aceptamos a Jesús como nuestro Señor y Salvador, El habla a nuestros corazones conforme a su Palabra. Nunca he escuchado su voz en forma audible, pero no tengo dificultad para entender cuando Él me habla desde dentro. Aquel día Él me habló y me llevó a una parte de la Escritura que no recuerdo haber leído antes. “Pero a los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor, que la mujer no se separe del marido, y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido y que el marido no abandone a su mujer” (1 Corintios 7:10-11).
Quede estupefacta cuando leí dicho versículo. No podía imaginarme que Dios estuviera siendo tan duro en todo esto. De inmediato me puse a buscar los versículos que me había dado nuestro amigo como “salida” para divorciarme y volverme a casar. Se los mostré al Señor y le pregunte que pensaba acerca de ellos, Suavemente volvió a llevarme a 1 Corintios 7:10-11, y me dijo, “Esto es mi norma. Tienes que hacer una decisión y yo estaré contigo en la que tú elijas. Si decides permanecer sin casarte, yo seré tu esposo. Yo cuidaré tus hijos como un padre. Nunca te faltará nada, ni a ellos tampoco. Te proveeré lo necesario como nunca lo haría un esposo terrenal. Pero si decides reconciliarte, yo te llevaré a la victoria”.
Inmediatamente recordé aquellas Escritura “No temas pues serás confundido y no te avergüences, porque serás enfrentado sino que te olvidaras de la vergüenza de tu juventud, y de la afrenta de tu viudez no tendrás más memoria”.
Porque tu marido es tu Hacedor, Yahvé de los ejércitos es su nombre y tu Redentor, el Santo de Israel, Dios de toda la tierra será llamado. “(Isaías 54:4-6).
“Padre de huérfanos y defensor de viudas es Dios en su santa morada” (Salmo 65:5) Sabía que Dios respaldaría lo que me estaba diciendo.
No me tomó mucho tiempo hacer la elección. No quería permanecer sin casarme. Tenía cinco hijos y uno más en camino. Quería tener un hogar con esposo y padre de mis hijos. Quería nuestro matrimonio, y le dije al Señor, “Quiero reconciliarme con mi esposo, pero no sé cómo. Ni siquiera puedo encontrar a alguien que me diga que es posible”.
“Yo digo que es posible”. Fue su sola respuesta, “Y te enseñaré como”.
Su matrimonio es una relación de pacto, el reflejo del pacto del Dios de amor eterno. Satanás odia la unidad y el poder del pacto y por ello, trata de destruir todo matrimonio que pueda (Juan 10:10). Lo que usted haya hecho o no, puede haber contribuido al fracaso de su matrimonio, pero no es la causa. Su matrimonio ha estado en la mira de Satanás y en esas fuerzas de destrucción. Las circunstancias que ahora enfrenta son solamente sus medios de lucha. El nombre de Jesús sigue siendo el Nombre sobre todo los nombres. ¿Cuál es el nombre de la circunstancia que ahora enfrenta? ¿Adulterio? ¿Alcoholismo? ¿Homosexualidad? ¿Incesto? ¿Indiferencia? ¿Rutina? …
Cualquiera que sea el nombre, está por debajo del nombre de Jesús. Y la Escritura dice que todo y todos se inclinarán al nombre de Jesús. “Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos y en la tierra y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre” (Fil 2:9-11).
LA TACTICA PRINCIPAL DE SATANAS ES TRATAR DE CONVERCELE QUE ESTO ES DEMASIADO GRANDE PARA DIOS. ¡Es pura mentira! Usted participa del pacto de Dios por medio de la sangre de Jesús, y es parte de una relación de pacto ordenado por Dios aquí en la tierra y es un Sacramento. ¿Qué tiene el infierno contra esto?
Después de leer lo anterior, el enemigo puede decirle lo siguiente. “Pero ¿acaso esté matrimonio no es ordenado por Dios? ¿A caso Dios no lo quiere sanar? Tal vez no sea un caso de esos en donde “lo que Dios unió”. Si Dios tuviera parte en esto, ¿estaría así de mal?
Solamente recuerde esto, Dios es el origen del matrimonio, no el diablo. Cuando una pareja a decide casarse, ha escogido el plan de Dios. Desde ese momento están en matrimonio, y Dios tiene el compromiso de colaborar con ellos para hacer que ese plan tenga éxito. “Lo que Dios unió” no significa solamente aquellos a los que Dios le ha dicho que se casen. Eso es lo mejor, porque estarían justo en el centro de la voluntad de Dios, pero muy pocos lo buscan diligentemente para encontrar cónyuge. Muchas parejas, incluyéndonos a nosotros, nos casamos en lascivia y Dios no tuvo parte en ello. Pero eso no cambia su compromiso de pacto de amor y fidelidad. Es la voluntad de Dios que todas las personas estén en pacto con Él, y que todos los matrimonios tengan su cimiento en Él. Cuando no se cumplen con estos requisitos, de todas maneras el sigue estando 100% con las parejas y por el matrimonio. Terminar un matrimonio diciendo que Dios no está en él es estar tan equivocado como decir que se aborta un embarazo por que la criatura no estaba planeada. Una vez que exista una relación de pacto, deje que Dios le muestre como llevarla a la plenitud en El. Dios es fiel con aquellos que están en pacto con ÉL, aun cuando nosotros le fallamos. Su deseo es para que aprendamos a ser fieles a nuestro cónyuge aun cuando éste nos falle.
“Señor Jesús, enséñame lo que es un pacto. Enséñame a permanecer fuerte y fiel a mi palabra, aun cuando mi esposo no lo sea. Quiero conocer tu corazón en lo concerniente a un pacto. Quiero ver mi matrimonio tal como tú lo ves. Mi amor se siente dañado ahora mismo. No puedo yo sola. En este momento no siento deseos de amar ni dar nada. Por favor, ayúdame Señor. Voy a descansar en ti. Amén.”
DOLOR
En este momento usted siente dolor tanto dolor que no sabe si algún día cesará ese dolor. Le comprendo, he pasado por ahí. Pero déjeme asegurarle una cosa, ese dolor cesará, cuando Jesús nos sane, El hace la obra completa.
Un día que estaba pidiendo a Dios en pleno dolor, Jesús me llevo por medio de la Escritura al jardín de Getsemaní (Marcos 14:32-42). Por primera vez me di cuenta del dolor que él había sufrido allí. En el momento en que Él más necesitaba del amor y la consolación de alguien, sus apóstoles no podían ni siquiera mantenerse despiertos. No comprendían su dolor, ni siquiera les importaba. Habían cenado demasiado y era tarde y lo único que querían era dormir.
¿Le parece que nadie sabe cómo se siente en estos momentos? Siente que nadie se da cuenta por lo que usted está pasado? Jesús si lo sabe y le interesa. El conoce su soledad, el rechazo que siente ahora y el dolor. Él lo ha llevado para que usted no tenga que cargarlo. Él sintió tal agonía, que aun su sudor caía a la tierra como gotas de sangre. El padeció la falta de consuelo, para que usted fuese confortado. Deje que Él le conforte ahora, el salmo 144, verso 2 dice que el Señor es “misericordia mía y mi castillo, fortaleza mía y mi libertador, mi escudo, en quien he confiado” Ahora mismo vuélvase a Él. Deje que Él sea su refugio, su fortaleza, su escudo. Él te ama mucho. Solo Él puede comprender el dolor que siente ahora. Deje que Él le consuele.
Jesús me mostró algo que le paso a Él en el huerto de Getsemaní. El fue traicionado por alguien a quien Él amaba y fue traicionado en el nombre del amor con un beso (Mateo 26:47-50). Aquel a quien tanto usted ama le ha traicionado también. Jesús sabe cómo se siente. Él también ha experimentado la humillación y la vergüenza. Él ha llevado todo eso para que usted no tenga que cargarlo. Cuando Él fue a la cruz no solamente clavó allí su pecado, sino que también llevó su humillación, la vergüenza y la traición. Hebreos 12:2-3 dice: “Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe el cual por el gozo puesto delante de Él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio y se sentó a la diestra de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que nuestro ánimo no se canse hasta desmayar”.
Cuando el Espíritu Santo inspiro a Pablo para que escribiera esas palabras, Él lo tenía a usted en mente. Él sabía del dolor que estaría experimentando ahora. Él quiere que vuelva sus ojos a Jesús. Fue por eso que se escribieron tales palabras para que usted supiera que hacer cuando esta hora de su vida llegará.
Antes de siquiera intenta que su matrimonio sea sanado, necesita dejar que Jesús le consuele y le sane a usted. Comience a leer los Salmos, David conoció el rechazo y el dolor. Pero también sabía de donde venía su socorro. Lea como David clamó al Señor y alabó su nombre en medio de sus problemas.
La alabanza es un medio eficaz de sanidad. No se puede alabar a Dios con todo su corazón y permanecer herido. Al principio si será verdaderamente un sacrificio de alabanza (Heb.13:15) no sentirá el menor deseo de hacerlo. Pero una vez que se discipline en iniciar la alabanza se dará cuenta que empezará a entrar en la presencia del Señor y allí comenzará su sanidad.
La clave de la sanidad es permanecer en la presencia de Jesús acercándose a Él tanto sea posible, en la Eucaristía.
Alábelo por lo que es y por lo que ha hecho. Quita la vista de sus problemas y circunstancias y vuélvala a Jesús. Conózcale como nunca antes le había conocido. Comience a ver estos momentos como algo especial en su vida, en los que usted puede estar cada vez que comulgue, más cerca de Él.
Una de las cosas que pasaron cuando me decidí por mi esposo y la sanidad de nuestro matrimonio, fue que conocí a Jesús de tal forma que tal vez no me habría sido posible, si no hubiera sido forzada por las circunstancias para así depender totalmente del Señor. Llegue a conocer su inmenso amor por mí, su disposición constante, su corazón siempre igual. Él fue mi Roca en medio de la tormenta. Nadie podrá jamás quitarme esa relación de amor que desarrollamos durante esos momentos de necesidad. Ahora conozco a Jesús en una forma más profunda en los momentos de paz, porque he llegado a conocerlo bien en los momentos de dificultad.
Acérquese a Jesús. Acérquese y conózcale como nunca lo ha hecho.
Vea este momento como una oportunidad, no como un problema. Permita que Jesús Eucaristía le consuele y le sane. Él ya ha llevado su dolor cuando fue a la cruz por usted. NO tiene que cargar su dolor más. Entrégueselo a Él y deje que Él lo levante con Su poder. “Más yo haré venir sanidad para ti, y sanaré tus heridas, dice Yahvé, porque desechada te llamaron diciendo esta es Sion, de la que nadie se acuerda” (Jer. 30:17).
Alabe a Dios por quien Él es y por lo que Él ha hecho. Ofrezca sacrificios de alabanza allí en medio de su dolor y la sanidad fluirá dentro de usted.
Pase tiempo leyendo la Biblia y ante el Santísimo y pídale a Jesús que le hable por medio de su Palabra.
Los Salmos son un buen comienzo, lea como David se gozó en el Señor y halló consuelo en El, aun en medio de pruebas tremendas.
Jesús tu sabes que siento dolor. Tú mismo sentiste este dolor dentro de Ti. Tú conociste el dolor y el rechazo, la vergüenza y la humillación. Tú llevaste todo ello a la cruz por mí, y ahora te lo entrego todo a ti. Te alabo Señor, alabo tú nombre! Dedicaré tiempo contigo y Tu Palabra. Consuélame y sáname Señor Jesús. Amén.
PRESION
Está inmersa en un conflicto impresionante. Hasta ahora había pensado que el problema era entre usted y su esposo. Pero no es así. Es un conflicto entre dos reinos.
El reino de Satanás está haciendo guerra contra el reino de Dios por su esposo y su matrimonio. Dios tiene planes para su esposo. También tiene planes para su matrimonio. “Porque yo se los pensamientos que tengo acerca de vosotros dice
Yahvé pensamientos de paz y no de mal para daros el fin que esperáis.” (Jer. 29:11).
Su enemigo, el diablo, también tiene planes para su esposo “Sed sobrios y velad; porque vuestro adversario el diablo como león rugiente anda alrededor buscando a quien devorar.” (1 Pedro 5:8).
EL DESEO DE DIOS ES QUE SU ESPOSO SE VUELVA COMPLEMENTAMENTE HACIA EL, Y QUE SU MATRIMONIO SEA RESTAURADO. EL DESEO DEL DIABLO ES QUE SU ESPOSO SE PIERDA POR LA ETERNIDAD Y QUE SU MATRIMONIO SEA DESTRUIDO.
El conflicto es así de sencillo. Las circunstancias particulares de su esposo y la situación de su matrimonio, son solamente los medios de guerra que el enemigo ha decidido usar en su contra. El diablo conoce las debilidades de cada uno. Conoce que es lo que les hace más daño. El enemigo no pelea limpio. Les patea cuando están caídos. Golpea lo más duro cuando uno se encuentra más indefenso; Pero está limitado en sus medio de batalla. “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana, pero fiel es dios que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir sino que dará también juntamente con la tentación la salida para que podáis soportar” (1 Corintios 10:13). El diablo está limitado en cuanto a armamento. Solamente puede atacarle con armas carnales cosas que son comunes a todo hombre. NO puede utilizar medios sobrenaturales para luchar contra usted, y Dios ha prometido una salida para cada ataque del enemigo.
No obstante, la Escritura tiene grandes promesas para usted con relación al armamento “Pues aunque andamos en la carne no militamos según la carne, las armas de nuestra milicia no son carnales sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.” (2 Corintios 10:3-5). Dios le ha provisto de armas que son sobrenaturales y poderosas para luchar contra el diablo.
La claves es permanecer en el Espíritu y luchar la batalla totalmente en el Espíritu. El diablo es el amo de la carne. El conoce su carne mejor de lo que usted mismo la conoce. Si trata de luchar en la carne, el diablo le ganará vez tras vez. Si permanece en el Espíritu usted ganará siempre.
¿Qué significa andar en el Espíritu? Bueno, su esposo está haciendo y diciendo cosas malas ahora mismo. Necesita recordar continuamente que su lucha no es contra su esposo. Lea Efesios 6:12. No está peleando contra la carne o la sangre. Su esposo no es el enemigo, el enemigo es Satanás. Por lo tanto, andar en el Espíritu significa que cuando vea u oiga que su esposo dice o hace cosas malas, usted no debe reaccionar a la carne. Gritar, exclamar, contender y amenazar, son medios carnales de hacerle frente al problema.
Reconozca ahora que usted está batallando contra el reino del infierno por su esposo y su matrimonio. Permanecer en el Espíritu significa que luchará una batalla espiritual en contra del verdadero enemigo, el diablo, y que no va a luchar en la carne contra su esposo. Piense en su esposo como un prisionero de guerra en campo enemigo. La guerra espiritual será el medio para liberar a su esposo.
Las circunstancias son las principales armas de su enemigo. Una de sus mejores trampas es hacer que usted fije sus ojos en las circunstancias y que quite su vista de Jesús. ¿Cuál es la batalla de hoy? ¿Su esposo está entablando el divorcio? ¿su esposo se encuentra en la cárcel? ¿Está enfrentando pleito por la custodia de sus hijos? Cualquier que sea lo que está enfrentando, es una circunstancia. No permite que la circunstancia le controle. En vez de eso, comience a hacer que la marea se vuelva en contra de la circunstancia, luchando contra el verdadero enemigo mediante la oración.
Ahora, este tipo de guerra va a requerir de conocimiento y discernimiento. No significa el decir, “Señor, por favor, bendice nuestro matrimonio. Gracias. Amen” Lo que hay que hacer es identificar los espíritus demoníacos que están en operación, y ponerse su armadura espiritual e ir contra ellos en el nombre de Jesús. Es una guerra activa, no una guerra pasiva en la que va a reclinarse en su silla y solamente esperar.
El propósito de este documento no es el de enseñarle las profundidades de la guerra espiritual que va a tener que luchar. Existen muchos libros cristianos muy buenos que le pueden enseñar lo que debe saber. También puede pedirle a su sacerdote que le recomiende alguno.
El propósito de este texto es el de ayudarle a que se equipe para las batallas que tiene por delante. Antes de que Jesús ascendiera a los cielos, les dijo a sus discípulos que esperaran en Jerusalén para ser bautizados en el Espíritu Santo (hechos 1:4-5). Les prometió que recibirían poder sobre ellos cuando esto sucediera (Hechos 1:8). Aquellos a quienes se dirigió ya habían nacido de nuevo cuando se les apareció después de su muerte y resurrección (Juan 20:22). Era obvio, conforme a lo que señala el primer capítulo de Hechos, que Jesús les estaba hablando de otra experiencia inesperada para ellos. Lea los capítulos 1 y 2 de los Hechos.
¿Puede notar la sorprendente transformación de la gente? Aquellos que habían sido tan miedosos y que aun habían negado a Jesús, repentinamente se convirtieron en valientes y proclamaron el Evangelio sin ningún temor. Al descender el Espíritu Santo sobre ellos con poder, Él les confirmo su presencia, dándoles nuevas lenguas a todos aquellos que la recibieron.
Romanos 8:26, 27 dice “Y de igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad, pues hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, por que conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos”. Cuando no sabemos cómo orar, el Espíritu Santo sabe cómo orar conforme a la perfecta voluntad de Dios por medio de nosotros.
“Porque si yo oro en lengua desconocida, mi espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto” (2 Corintios 14:14). Durante este tiempo de prueba en su vida, es necesario que pueda orar sin que su mente pueda entender. Van a haber demasiadas circunstancias que la van a confundir. Va a haber mucha gente que le va a dar diferentes consejos. Y debe saber lo que Dios dice sobre cada situación. La única forma de hacerlos es que el Espíritu Santo ore conforme a la perfecta voluntad de Dios para usted y su familia en cada situación.
Al leer el libro de los Hechos, podrá ver que el bautismo o la llenura en el Espíritu Santo se presentó vez tras vez. No fue experiencia de una sola vez en la historia de la iglesia, ni tampoco Dios la ha reservado para unos cuantos escogidos. El mismo poder que estuvo disponible para ellos, también lo está para usted. Todo lo que tiene que hacer es pedir (Lucas 11:11-13).
Si es su deseo que el Espíritu Santo descienda sobre usted con poder, ahora mismo, haga esta oración:
“Jesús, eres mi Señor y Salvador. Renuncio a todas las obras del enemigo que hayan sido parte de mi vida. Y te pido que me renueves con tu Espíritu Santo y yo renuevo mis promesas de mi confirmación.”
Al orar esta oración, espera la respuesta del Señor. Deje que el Espíritu Santo le llene hasta rebosar. Muy pronto nuevas palabras florecerán de dentro de usted. Recuerde las palabras saldrán de su espíritu, no de su cerebro.
No trate de entenderlas. No trate de entenderlas o analizarlas. Simplemente abra su boca y comience a alabar a Dios. Permita que las nuevas lenguas que Dios le ha dado comiencen a fluir en alabanza.
Usted tiene completo control de este nuevo lenguaje. Podrá comenzar a orar cuando lo desee, cuando así lo quiera. No es algo incontrolable que viene sobre usted. Tiene el mismo control sobre el que cuando habla en su lengua natal. La diferencia es que esta nueva lengua es un lenguaje privado entre usted y Dios, entre Usted y Jesús Eucaristía sobre todo si está ante Él en el Sagrario.
También pude cantar en su nueva lengua. Escoja un himno que realmente le llene y comience a cantar en su nueva lengua. NO podrá comprender lo que está diciendo pero Dios si lo entiende. Cántele a Él, alábale, ore a Él.
Mientras más utilice esta lengua que Dios le ha dado, mejor fluirá en usted. No se sienta mal si al principio solo dice una o dos palabras. Mientras más las use, mas palabras le serán dadas.
Hay varias cosas que habrán pasado una vez que ha sido lleno del Espíritu Santo por la Eucaristía y la alabanza. La Escritura tomara una nueva dimensión para su vida. Se dará cuenta de su vida. Se dará cuenta que su anhelo por alabar y adorar al Señor ha aumentado. Comenzará a desarrollar una relación más profunda con el Espíritu Santo. Él es su Maestro (Juan 14:26), es el Consolador (Juan 16:7). Él siempre exalta a Jesús y le enseñará a que usted también lo exalte en su vida. Aprenda a escuchar la voz del Espíritu Santo. A través de la oración en su lenguaje de oración (en lenguas). Él le va a dirigir a la voluntad de Dios en cada aspecto de su vida.
“Señor Jesús, Gracias por el Espíritu Santo. Gracias por esta nueva dimensión en mi caminar contigo. Ayúdame a recordar diariamente que mi lucha no es contra sangre ni carne. Ayúdame a no reaccionar a las circunstancias, sean buenas o malas, sino sólo a mantener mis ojos puestos en ti”.
“Espíritu Santo, enséñame, aconséjame, confórtame. Yo sé que Tú estás orando la perfecta voluntad de Dios a través de mí, cuando yo oro en la nueva lengua que he recibido. Ayúdame a discernir su voluntad para cada área de mi vida. Ayúdame a luchar la guerra espiritual contra mi verdadero enemigo, el diablo. Amén”.
VISION BORROSA
Ahora que sabe quién es su verdadero enemigo, es tiempo de aprender a amar a su esposo tal como Dios lo ama, con amor AGAPE, no solo con el frágil amor humano o EROS.
Romanos 2:4 dice que la misericordia (o bondad) de Dios nos lleva al arrepentimiento. Dios nos ama para llevarnos a su reino. Cuando aún éramos pecadores. Cristo murió por nosotros (Romanos 5:8). Su esposo necesita conocer el incondicional amor de Dios. NO importa que sea lo que su esposo haga, el amor de Dios no ha cambiado.
Si usted anda siempre buscando su propia justicia y juzgando a su esposo, dará la impresión que el Dios que usted representa es igual. Esa clase de orgullo espiritual no va a atraer a nadie al reino de Dios.
A los ojos de Dios, su pecado de auto justicia no es más pequeño que el “pecadote” de su esposo, Dios no distingue entre pecaditos y pecadotes. Para Dios el pecado es pecado. He escuchado a muchas personas decir cuando están orando que su esposo nazca de nuevo y que su matrimonio sea sanado, y luego las he visto tratar a su esposo como si fuera basura. Esa no es la forma como Dios le ve a él, y no va a honrar la forma como usted lo trata. Si ha estado haciendo eso, necesita arrepentirse.
Usted necesita querer, perdonar a su esposo. Probablemente no le nazca realmente hacer eso ahora. Y probablemente no lo sienta por algún tiempo.
Eso es lo que Dios quiere que usted haga, y esa es su voluntad para usted (Mateo 6:14-15). Ponga su voluntad en línea con la de Dios y esté en posición de perdonar a su esposo. Entréguele a Dios su dolor y permita que el comience a cambiar su corazón. Los sentimientos continuarán. No deje que estos tomen la delantera.
Comience a ver a su esposo como Dios lo ve. Dios tiene un plan para cada uno de nosotros- UNA VISION DE FE que el mantiene en su corazón, esperando que alguien en la tierra esté de acuerdo con Él para entregársela.
Cuando Abraham estuvo dispuesto a creer en la promesa de Dios con relación a su hijo. Y creyó en lo que Dios le había dicho, la promesa se cumplió. La promesa se materializó de Dios en el hijo de Abraham, Isaac.
Dios tiene un plan para su esposo. Dios ve a su esposo a través de ojos sobrenaturales y El desea que usted también lo vea de la misma forma. Dios quiere que su visión espiritual sea perfecta.
Hasta ahora usted ha visto como es su esposo y lo ha aceptado como una realidad en esta situación. NO ha sido difícil notar que su esposo y su matrimonio no son lo que deberían ser.
Pudiera ser que también se vea a sí mismo con un sentido negativo.
Quizás en su mente repasa una y otra vez errores que ha cometido, cosas que ha dicho y hecho que quisiera poder cambiar ahora. Es necesario que comience a verse a sí mismo, a su esposo y a su matrimonio, en la forma como Dios los ve.
Durante el tiempo que esperaba firme por la sanidad de nuestro matrimonio, todo iba bien mientras mi esposo estuviera fuera de la casa. Leía la Palabra, oraba en el Espíritu, alababa a Dios y luchaba espiritualmente. Tomaba la decisión de que la próxima vez que viera a mi esposo, le iba a mostrar el amor incondicional de Dios. No pelearía con él, no caminaría en la carne. Luego él llegaba a la casa, me decía alguna grosería y allí comenzaba la pelea. En breve se volvía a ir de la casa, no sin antes decir algo como “Nunca vas a cambiar. Siempre serás la misma. Dices que Jesús ha cambiado tu vida, pero yo no lo veo en ningún lado”.
Inmediatamente me pesaban mis palabras y acciones y me arrepentía de haber reaccionado en la carne. Le pedía a Dios que me ayudará a ser mejor en la siguiente ocasión (si es que había una siguiente ocasión), luego pasaba llorando las siguientes dos horas porque creía que había echado a perder la sanidad de nuestro matrimonio.
Una ocasión durante una repetición de estas situaciones, el Señor habló a mi corazón. Me dijo que el motivo por el cual no podía tratar a mi esposo con amor incondicional, era porque yo lo veía como él era y por qué yo reaccionaba a lo que mis ojos veían. Me dijo que su palabra no había sido una revelación para mí, sino que la mencionaba sin propósito alguno.
Lea Lucas 4:1-13. Cuando el diablo tentó a Jesús, escogió cosas que tenían significado para El. Después de tan largo ayuno, Jesús sintió hambre y por lo tanto, el pan sería una tentación real. Jesús había venido para recuperar los reinos del mundo, así que, también eso era una tentación valida. Jesús había dejado la gloria que poseía en el cielo, para convertirse en siervo en la tierra (FIL.2:6.8). La tercera tentación era válida también, ya que retaba a que Jesús probara lo que Él era.
En respuesta a cada una de las tentaciones, Jesús respondió con las Escrituras. NO acordó en nada con Satanás, ni se puso a discutir con él. Jesús utilizó la Palabra como una espada (Efesios 6:17) y combatió a Satanás en el plano espiritual. El motivo por el cual Jesús podía hacer eso con tanto éxito, es por que sabía lo que la Palabra de Dios tenía que decir acerca de cada circunstancia. La Palabra de Dios era su regla y la usó para medir todo y a todos.
¿Sabe usted cómo ve Dios a su esposo? El día que el Señor me dijo que su Palabra todavía no era revelación para mí, me di cuenta que yo no veía a mi esposo como Él lo veía. Yo le pedí que me lo mostrara desde el punto de vista de su Palabra, para estar de acuerdo con El. Y me llevo a 1 Timoteo 3:2-4 “Pero es necesario que el servidor sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro; que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad”. Tengo que confesar que cuando leí esta parte de la Escritura no podía creerlo. Mi esposo era un alcohólico en adulterio de deseo. El aborrecía las cosas de Dios y se burlaba de mi convicción. Leí el pasaje y dije “Señor ¿estamos hablando los dos del mismo hombre?”.
Luego, el Señor me dijo algo que es tan importante que espero que entiendan su profundidad. Me dijo “Hija mía, así es como yo lo veo. El debería ser un predicador y maestro de la Palabra. Otros llegarán a mí a través de él. Puedes estar de acuerdo con el diablo en que él es lo que ven tus ojos naturales, o puedes estar de acuerdo con mi Palabra y verlo con los ojos espirituales”.
Estaba asombrada, hasta ese momento yo había orado a Dios para que de alguna manera trabajera a mi esposo a su reino. Pensé que si tan solo se acercaba a un templo o escuchara alguna de las reuniones de Hombres de Negocios o el Evangelio Completo, a lo mejor pudiera recibir a Jesús. En mi espíritu siempre le había visto solo llegando de “panzazo”. De pronto, me di cuenta que tan lejos y por debajo estaba mi visión de la visión de Dios. Me arrepentí de inmediato
y escribí el versículo de la Biblia con el nombre de él en todas partes donde aparecía la palabra “servidor”. Comencé a pedirle a Dios que me diera más versículos para él, y anoté su nombre en todos ellos. Y luego Dios me enseñó algo más.
Me llevó a Génesis. Capítulo 1 y me guió a través de la creación del mundo. Luego me dijo “Si yo siendo Dios, debo hablar para que las cosas sucedan, ¿Qué te hace pensar que tú con solo pensarlas podrás hacer que pasen?.
Me di cuenta de que cuando oraba la Palabra de Dios por él, simplemente me sentaba silenciosamente pensándolo en la mente. Comencé a darme cuenta de que debía yo confesar esas palabras en voz alta para que la promesa se cumpliera. Ese día comencé a orar la Palabra en voz alta diciendo, “Él es…” Oré vez tras vez la Palabra diariamente y cada vez que me imaginaba como Dios estaría obrando en él en alguna parte donde el estuviera.
¡Caramba! ¡Que si iba a haber un cambio la siguiente vez que lo vi! Ocurrieron las cosas más curiosas. Un día llego a casa con el mismo saludo grosero. Recuerdo que estaba yo de pie en el pasillo, observándolo y pensé para mí misma. “Me pregunto por qué dijo eso. Él no es así” De pronto me di cuenta que la Palabra de Dios se había convertido en revelación para mí. El hombre que yo sabía que era él conforme a la Palabra de Dios, era más real que aquél que estaba de pie frente a mí, atado temporalmente por el enemigo.
Todo el tiempo pensé que Dios estaba cambiándolo, pero ¡Me estaba cambiando a mí! Dios estaba obrando en mi corazón para que yo viera a mi esposo como Él lo veía.
Desde ese momento en adelante, nada podría cambiar la forma en que yo me sentía respecto a mi esposo. Lo podía amar con incondicional amor ágape porque yo sabía lo que él era en Cristo Jesús. Las palabras de su boca y sus acciones eran fácilmente identificables como la obra del enemigo. Cuando decía “Te odio y quisiera no haberte conocido nunca” Yo sabía que eso era lo que Satanás sentía contra mí. Ciertamente no era aquel hombre piadoso que iba a predicar y enseñar en el nombre del Señor!
Habrían de ocurrir otras cosas más difíciles en nuestra vida, pero el enemigo no podría moverme del conocimiento de la promesa de Dios para mi esposo.
No importaba que fuera lo que el enemigo me lanzará, yo siempre citaba “Escrito está…”la Palabra de Dios era revelación para mi vida.
Deje que la Palabra del Señor sea también revelación para usted.
Pregúntele como es que el ve a su esposo. Escriba esos versículos y confiéselos en voz alta diariamente. Deje que la fe llegue por el oír (Romanos 10:17). Mientras más las confiese, más las escuchara usted, y más creerá usted lo que Dios dice.
También necesita verse a sí misma como Dios le ve. No importa lo malo que haya hecho en el pasado, le fue perdonado al momento en que usted se bautizó o arrepintió y confesó. Deje que el diablo le moleste diciendo que no es lo suficientemente buena para que su matrimonio sea sanado. La sanidad de su matrimonio está basada en la perfección en Cristo, no en la suya propia. Su responsabilidad solo es obediencia y arrepentimiento cuando haya fallado en obedecer. Eso es lo que hará que la voluntad de Dios se llegue a cumplir en su hogar. También pregunte a Dios como la ve a usted. Escriba esos versículos con su nombre incluido. Confiéselos en voz alta, deje que sus oídos escuchen como Dios ve a esa hermosa hija: USTED!!!
“Señor te doy gracias por tu Palabra. Te doy gracias porque tú guardas tu palabra. En este día me pongo de acuerdo con tu Palabra sobre nuestro matrimonio y nuestra familia. Yo no haré caso a la voz del enemigo. Estaré de acuerdo contigo. Deja que tu incondicional amor ágape fluya de mí hacia mi esposo. Deja que (Nombre de tu esposo) pueda ver a través de la bondad que muestro en tu nombre. Amen.”
TERAPIA FISICA
La sanidad va a tardar un poco. Es necesario que le dé a Dios todo el tiempo que Él requiere. NO se impaciente con usted mismo, solamente siga las instrucciones que Dios le dé, y deje que la sane de dentro hacia fuera.
Dele todo el tiempo que el necesita para obrar en su esposo, No se ponga ansiosa y no intente apresurar las cosas ni un poquito. Marcos 4:26-29, habla sobre el plantar una semilla. Léalo porfavor.
Dese cuenta que está plantando la semilla de la sanidad matrimonial.
Está plantando buena semilla para levantar una buena cosecha. En Gálatas 6:7-9, “No os engañéis; Dios no puede ser burlado; pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará…No nos cansemos, pues, de hacer el bien, porque a su tiempo segaremos si no desmayamos”.
Dios tiene un tiempo para la semilla que ha plantado. Cuando madure, llegará el momento de la cosecha. Cada siembra tiene su propio tiempo.
Cada matrimonio tiene su propio tiempo. NO COMPARE su matrimonio al de alguien más. Y no trate de levantar su cosecha antes de tiempo. Dios sabe cuánto tiempo va a tomar para sanar su matrimonio. Déjelo totalmente en sus manos.
Habrá siempre amigos bien intencionados y consejeros que pensarán que ya esperó demasiado. Le dirán que si Dios iba a hacer algo, ya lo habría hecho.
Manténgase firme en lo que Dios le ha dicho a usted. Dios da gracia para poder soportar a aquel que está pasando por algo, no a los que simplemente están observando. En 2 Corintios 12:9, el Señor le dijo a Pablo “Bástate mi gracia; porque mi poder es perfeccionar en la debilidad”. Dios no solamente le va a dar gracia para poder enfrentar lo que sea necesario, sino que también Su poder se perfeccionará en su debilidad.
Considere todo este tiempo de espera por la sanidad como un curso de terapia física. Cuando el cuerpo humano ha sido lastimado, tiene una tendencia de “endurecimiento” a medida que va sanando. El trabajo del terapeuta físico es el de obligar al cuerpo a moverse, aun cuando este no sienta el deseo de hacerlo. A veces es doloroso, y normalmente no es lo que la persona misma haría por cuenta propia si no se forzará a hacerlo.
Usted ha sido dañada. Su matrimonio ha sido dañado. Algunas veces es más fácil permanecer allí donde está con su dolor, esperando que este pase.
Pero Dios tiene un plan de sanidad, y ese plan la va a forzar hacer más allá de lo que usted haría por si sola. A través de todo este tiempo Él no va a sanar solamente su matrimonio, sino que la va a hacer crecer a un nivel que probablemente no alcanzaría sin el dolor. Habrá días en los que deseará que Dios le deje allí sentada en su miseria. No obstante, de manera similar a la de un hábil terapeuta físico, Dios le va a ayudar a ir más allá de sus propios límites. Su plan es llevarla a una vibrante integridad y salud en su matrimonio que refleje Su Gloria. Él no está haciendo esto solo por usted. Dios tiene un llamamiento para la vida de los dos en el matrimonio, y su plan es tocar a muchos otros a través de los dos.
Si usted se está manteniendo firme por la sanidad de su matrimonio solo para usted mismo, habrá ocasiones en que se sentirá más a gusto olvidándose de todo el asunto. Por otro lado, si se da cuenta que hay un propósito de Dios en todo esto, tendrá el valor y el coraje para permitir que Dios haga lo que El necesita hacer, aun cuando duela.
El tiempo que tardó la sanidad de nuestro matrimonio parece poco, en comparación con el gozo que Dios ha puesto en nuestras vidas. Parece que Él verdaderamente ha redimido el tiempo y ha logrado más en nosotros y a través de nosotros, desde nuestra reconciliación, que lo que pudiera haberse logrado si no le hubiéramos dado a El esos años para sanarnos. El gozo de los años de espera es mucho mayor al tiempo que realmente tardó y ahora, nos tiene sirviendo donde ni siquiera imaginabamos.
Actualmente mi esposo, aún con sus luchas es el verdadero hombre piadoso del que Dios me habló hace años. Es nacido de nuevo, lleno del Espíritu Santo, ardiendo con el fuego del Señor. Es predicador y maestro de la Palabra, y ha llevado a muchos a los pies de Cristo, tal como el Señor lo dijo. Dios nos ha establecido como pareja en un ministerio para matrimonios, más grande de lo que hubiéramos pedido, y hemos visto como el Señor ha tocado miles de vidas por medio de nosotros. Dios ha comenzado a expandir el ministerio en todo el mundo, haciendo que más y más parejas conozcan de su amor por ellos. Hubiera sido un tremendo desperdicio si hubiéramos dejado que Satanás destruyera nuestro matrimonio.